domingo, junio 17, 2007

Carlos Echeverry Ramírez -- Literatura de Colombia





El último Viaje
ISBN:0-9683701-0-1
Autor:
Carlos Echeverry Ramírez
(1955Colombia-Canada)

Miembro de la Unión de Escritores de Canada
Reservados todos los Derechos de autor ante CIPO y WIPO

Ginebra, Nov. 18, 1996
Recordado Cato.
 Recibimos tu postal. Nos llenó de risa y alegría, nos trajiste recuerdos maravillosos del día llamado ya, Fiesta de los Inocentes.Esperamos que estés bien de salud, que tu dolor en la espalda, causado por el golpe con el fusil en la estación del tren, haya desaparecido sin rencor alguno contra el hombre que lo causó.
Te escribo primero que todo para desearte una próxima ¡Feliz Navidad! en unión de tu esposa; también queremos mi esposa y yo que la ilusión de vuestro primer hijo se haga pronto una realidad.
Nosotros tres estamos bien, ya terminó mi trabajo en la prisión, pero continúo trabajando en mi tesis; mi esposa tiene un trabajo de medio tiempo, ella enseña francés a los pocos exiliados políticos que acepta este país.Nuestro hijo, Daniel, hasta el presente no presenta problemas de ninguna índole en su desarrollo, esto nos llena de alegría y tranquilidad.
Te escribo porque considero un deber moral comunicarte los hechos que recientemente conmocionaron a la sociedad Suiza y que a mí, en lo particular, me perturbaron.
Hace unas semanas solamente, fue encontrado al lado de un contenedor donde se deposita la basura de los edificios, el cadáver de un hombre.Este muerto, como todos los anteriores cristianos, que van a la vida eterna, era un caso más, un hecho normal y esperado en la rutina de esta ciudad, hasta el momento en que entró en el fúnebre anfiteatro municipal. Su cara y cuerpo, huellas dactilares y palma del pie, mostraron identificación exacta a la de los archivos municipales.
El Doctor Fontanelle, director del anfiteatro y del equipo médico, que hace las autopsias dijo en rueda de prensa, el nombre y apellido de este cadáver: Ives Du bois.Para la gran sorpresa de todos, este muerto tenía en su cara, una expresión extremadamente ingenua que reflejaba una profunda paz.
Su rostro y últimos rictus mortales no decían mayor cosa de sus finales momentos.Los estudiantes de la universidad, incluyéndome a mi, para la práctica de la materia forense de antropología, y antes de practicar la autopsia correspondiente, veíamos este cuerpo ya dormido en la paz eterna con una curiosidad creciente al notar que tenía la particularidad de no parecer muerto, sino un cristiano arrepentido en estado cataléptico.
Después de larga búsqueda, encontramos un espejo pequeño y lo colocamos milimétricamente sobre sus amplias fosas nasales para estar seguros de que no respiraba.

Al mismo tiempo y, un poco más tranquilos, los otros galenos presentes y estudiantes en práctica, después de discutir y especular sobre la extraña apariencia del acostado cubierto con un sudario blanco, llegaron a la simpática conclusión de que este muerto parecía mas bien que estuviera haciendo una larga siesta, aquel dichoso sueño que ustedes los latinoamericanos hacen en las hamacas por varias y largas horas, después del mediodía.Lo más desconcertante de este suceso que alteró totalmente y en forma dramática la paz de esta pequeña ciudad de Ginebra fue, los comentarios de la frescura de su cuerpo; llegamos a pensar todos los presentes, junto con el inspector J. Genet, que este cristiano no quería ser molestado o despertado de su siesta eterna.
Estando nosotros en la sala presenciando todo esto como testigos oculares de la autopsia, veíamos cómo el bisturí se deslizaba, por el pecho y abdomen, para sacar sus vísceras. Luego, vimos sacar cuidadosamente el estómago; intrigados los seres en este recinto, observamos cómo estaba lleno a reventar de un líquido oscuro.

Al abrir con el bisturí para sacar este elemento y hacer un examen químico, salió inmediatamente el delicioso aroma del Café de Colombia, que envolvió el amplio anfiteatro, oficinas, casa vecinas y los barrios contiguos, causando con su agradable aroma un placentero bienestar en los ciudadanos.


Continua...

Diciembre 28 del1996 "Dia de los inocentes"

Para: Catico y la MUJER de la mirada: con un Mundo lleno de Ternura y Amor.... Y la Martina!

Carlos Echeverry Ramírez

 Desde Colombia para todo el Mundo!